Dime quién cifró este conjuro
de brisas silenciosas; quién
a golpe de memoria y de filita
traspasa hoy mis umbrales.
Dime quién me dicta este poema
adolescente
y me desvela con extraño acento
el misterio de este frío
e inesperado helor de nieve.
Dime: no temo de la niebla
sus húmedos ropajes, ni del aire
su aliento deshilado. Muda
mi voz te llama;
reclama de tus labios el discurso;
del pájaro cantos, sus soledades.
R. Nieto Lorca (lorni)
(Sobre pasos de hojarascas)
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